Te recomendamos agregar estos 5 alimentos a tu dieta para beneficiarte con sus grandes aportes para la salud.
Los frutos secos, son los alimentos infaltables en una dieta que busca el máximo beneficio de vitaminas. Estas semillas con bajo índice de agua y alto contenido en grasas saludables, son una buena fuente de energía. También ayudan en el control del peso, reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, reducen el estreñimiento, entre otros beneficios.
Gracias a sus aportes de vitamina E, realizan un rol importante en la piel protegiéndola de los rayos solares; además de contribuir en la recuperación de cicatrices, estrías, arrugas y manchas. De igual manera, su aporte en Vitamina D refuerza la absorción del calcio en los huesos y mantiene una buena función muscular.
Las zanahorias son una gran fuente de vitaminas A, B, C y E; además de contar con un aporte calórico bajo. Al igual que las espinacas y los tomates, son una buena fuente de carotenoides, pigmentos solubles naturales reconocidos por prevenir el cáncer de mama según la OMS.
Asimismo, fortalecen los dientes y la visión por su alto contenido de Vitamina A, combate el estreñimiento y el dolor de estómago por intoxicación. En el caso de las madres en periodo de gestación o lactancia, mejoran la calidad de la leche materna.
Los cereales de grano entero son reconocidos por sus grandes aportes de vitaminas B y E; a diferencia de los granos refinados, la mayor cantidad de sus nutrientes se encuentran en el salvado y el germen.
Este tipo de cereales controlan los niveles de azúcar en la sangre, disminuyen el colesterol e impiden la formación de coágulos de sangre que puedan causar un infarto. Adicionalmente previene la diabetes tipo 2 y el cáncer de colon.
Reconocido por sus múltiples maneras de consumirlo, el huevo es una gran fuente de vitamina D; es recomendable consumirlo moderadamente, entre uno a dos diarios.
Sus nutrientes promueven la retención de calcio y fósforo en los huesos; además de su aporte proteico que proporciona la recuperación muscular y aumenta el colesterol HDL o “colesterol bueno”.
Este ingrediente clave en muchos de las recetas de la alta gastronomía, cuenta con grandes aportes de vitamina K; reconocido por favorecer el crecimiento y el cuidado de los huesos. En los últimos años, diferentes estudios han demostrado sus múltiples beneficios.
Gracias a sus antioxidantes fortalece el sistema inmunológico y el cerebro; además de prevenir contra enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. El aceite también cuenta con propiedades que favorecen la digestión; evitando el estreñimiento y protegiendo el hígado.
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